Etiquetas
bebé, cuarto, dormitorio, habitación, infantil, niña, niño
La llegada de un bebé a nuestro hogar supone una de las mayores alegrías que podemos tener en nuestra vida. Desde el momento en que conocemos la noticia nos volcamos en preparar todo: la ropa del recién nacido, la sillita, el baño,… y por supuesto, su habitación.
En esos momentos nuestra mente solo piensa que necesitamos una habitación llena de color, muñequitos, hadas,… y ahí es donde viene el error.
Habitualmente, el niño no pasa a «su habitación» hasta que tiene unos meses y los niños crecen más rápido de lo que nos damos cuenta, haciendo que esa maravillosa habitación que le pusimos nos parezca recargada y demasiado infantil.
A la hora de escoger unas cortinas o estores para la habitación del bebé os recomiendo elegir visillos básicos: rayitas finas en colores claros, algún bordado en color tipo bodoques, incluso otros bordados pequeños con formas como estrellas o nubes, pero nunca telas con dibujos grandes tipo princesitas y ositos. Estas últimas recargarían demasiado el ambiente, que seguro que ya estará lleno de peluches y muñecos de todo tipo.
Muy importante que la tela sea bastante transparente para que la habitación se vea alegre y luminosa. Además, lo podéis complementar con barras decorativas a juego de los muebles donde sí se podrían colocar terminales infantiles que más adelante se pueden sustituir con un coste bastante bajo.
Otra opción es superponer un bandó «infantil» en cuadritos de vichy o incluso con los famosos ositos que cuando el niño crezca también se podrá sustituir por otro más adecuado a su edad.